Introduccion

Introduccion

lunes, 13 de agosto de 2012

CALENDARIOS

1)      DEFINICIÓN
Calendario, sistema de medida del tiempo para las necesidades de la vida civil, con la división del tiempo en días, meses y años. Las divisiones del calendario se basan en los movimientos de la Tierra y las apariciones regulares del Sol y la Luna. Un día es el tiempo medio necesario para una rotación de la Tierra sobre su eje.
Otra definición mas sencilla
"sistema de división del tiempo e intervalos de Días, meses y años basados en fenómenos astronómico"
2)       IMPORTANCIA Y UNIDADES NATURALES DE TIEMPO.
·         Se lo considera como una de las primeras herramientas de la astronomía porque le hizo ver al hombre el desarrollo histórico sobre la observación del cielo, el ciclo de las estaciones y la naturaleza; es decir, el cosmos en el cual se ve inmerso el hombre  y del cual se siente participe.
·         La medición de un año se basa en una rotación de la Tierra alrededor del Sol y se llama año estacional, tropical o solar. Un año solar contiene 365 días, 5 h, 48 m, y 45,5 s. Un mes se calculaba inicialmente por los pueblos antiguos como el tiempo entre dos Lunas llenas, o el número de días necesarios para que la Luna circunde la Tierra (29,5 días). Esta medición, llamada mes lunar o sinódico, daba lugar a un año lunar de 354 días, 11‚ días más cortó que un año solar. Sin embargo, en los calendarios modernos el número de días de un mes no está basado en las fases de la Luna. La duración de los meses es aproximadamente una duodécima parte de un año (28 a 31 días) y se ajusta para encajar los 12 meses en un año solar. La semana procedía de la tradición judeocristiana que disponía descansar del trabajo cada siete días. No está basada en fenómenos naturales. Los romanos dieron nombre a los días de la semana en honor del Sol, la Luna y varios planetas.

3)      CALENDARIO JULIANO Y GREOGRIANO
Los primeros y primitivos calendarios lunares no conseguían encajar en el año solar: las discrepancias se corregían de tanto en tanto agregando un mes o algunos días extra. Pero en el siglo I antes de Cristo, en Roma, los errores acumulados habían logrado que el año civil y el solar estuvieran desfasados en tres meses: el invierno que empezaba en marzo y el otoño en diciembre, lo cual sin duda era bastante incomodo.
Calendario Juliano: Julio César introdujo la primera gran reforma. Impuso el uso universal del calendario solar en todo el mundo romano, fijó la duración del año del año en 365 días y seis horas, y para que esas seis horas de diferencia no fueran acumulando se intercaló un día extra cada cuatro años: los años bisiestos tienen trescientos sesenta y seis días. La reforma entró en vigencia el 10 de enero del año 45 a. de C -805 de la fundación de Roma-. Con el tiempo, se impuso la costumbre de tomar como bisiestos los años que son múltiplos de cuatro.
Calendario Gregoriano: Pero aquí no acabo la cosa, ya que en el año Juliano de 365 días y seis horas era un poco m{as largo (11 minutos y 14 segundos) que el año astronómico real, y otra vez los errores empezaron a acumularse: a fines del siglo XVI las fechas estaban corridas alrededor de diez días, y a primavera empezaba el 11 de septiembre: el Papa Gregorio XIII emprendió una nueva reforma para corregir las discrepancias y obligar a las estaciones a empezar cuando deben: por un decreto pontificio de marzo de 1582, abolió el calendario juliano e impuso el calendario gregoriano. Se cambió la fecha, corriéndola diez días: el 11 de septiembre (día en que se producía el equinoccio de primavera) se transformó “de facto” en el 21 de septiembre, con lo cual se eliminó el retraso acumulado en dieciséis siglos y el año civil y el astronómico volvieron a coincidir.
Pero además se modificó la regla de los años bisiestos: de ahí en adelante serian bisiestos aquellos años que son múltiplos de cuatro, salvo que terminen en dos ceros. De estos últimos son bisiestis solo aquelos que sean múltiplos de cuatroscientos (como l 1600). Los otros (como el 1700) no. Asi, ni el 1800 ni el 1900 fueron años bisiestos.
El año 200, sin embargo, lo fue (porq aunque termina en dos ceros es múltiplo de cuatroscientos): la formula nos permite eliminar 3 días cada cuatro siglos, que es la diferencia que acumulaba el calendario juliano en ese lapso.
Sin embargo, aún el “año gregoriano” con todas su correcciones es 26 segundos más largo que el año astronómico. Lo cual implica un día de diferencia cada 3323 años. Para corregir esta pequeña discrepancia se ha propuesto sacar un día cada cuatro mil años, de tal manera que el año 4000, el 8000 o el 16000 no sean bisiestos (aunque le toca). En todo caso, de la longitud de año 8000, o 16000, no necesitamos preocuparnos por ahora: los años que estamos usando tienen una duración más que aceptable.

4)      CALENDARIOS PRIMITIVOS
Los pueblos primitivos tenían un calendario muy simple, basada en la salida y la entrada del sol, en las fases de la luna. A medida que la civilización fue avanzando en muchas partes del mudo, se cometieron varios tipos de calendarios.

Algunos de ellos:

CALENDARIO EGIPCIO


El calendario oficial o civil constaba de 365 días divididos en 12 meses de 30 días cada uno, a los que añadían cinco más, conocidos como epagómenos. Estos 5 días, eran los dedicados a los nacimientos de Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis, por ser los días en los que la diosa Nut pudo dar a luz a sus hijos, después de la maldición de Ra y que ya aparecen atestiguados en el Reino Antiguo, tanto en inscripciones de tumbas como en los Textos de las Pirámides.
Los meses se agrupaban en estaciones, cada una de las cuales constaba de 4 meses, de 3 semanas de 10 días cada uno. Estas semanas denominadas décadas (tp-ra-mD) eran llamadas primera, mediana y última. Las estaciones eran:  la estación de la inundación (Ajet), el invierno o germinación (Peret) y el verano o calor (Shemu), también conocida como estación de la deficiencia por la falta de agua en el Nilo. Los egipcios no empleaban el nombre de los meses en sus escritos, sino que solían usar el número de mes: “Día 7 del tercer mes de la inundación” por ejemplo, en lugar de “día 7 de Athyr”.



EL CALENDARIO PRIMITIVO BABILÓNICO
Fuere el tipo lunar. Al principio, el año babilónico estaba constituido por 12 meses de 30 días es decir, que tenía casi cinco días y 4 menos. Al paso de algunos años el mes de arar, por ejemplo no se daba tal faena, tiempo después se acortaron algunos meses para distribuirlos con más de exactitud en el calendario a partir de la aparición de la luna nueva. Esta distribución causó un desajuste más al calendario a las estaciones. Los babilónicos resolvieron esta dificultad entre teniendo un nuevo mes de acuerdo a un ciclo determinado.

CALENDARIO GRIEGO
Este es del tipo luna solar, copiado del babilónicos, contra de 12 meses de 29 y 30 días, opcionalmente. A este año de 354 días se le añadiría un nuevo mes cada tercero, sexto, y octavo año. Los griegos intentaron frecuentemente optar por un ciclo que tuviera un número exacto de años, tiempo que se daba entre dos lunas nuevas consecutivas. Tal ciclo, llamado también el gran año de 19 años solares descubierto por el astrónomo griego meton en el siglo quinto a. de J.C. no sirvió nunca de base para un calendario práctico. No obstante este ciclo de menton llamado también ciclo aurio tiene todavía importancia en el calendario de fechas festivas religiosas, ya que son unas pocas horas más largo que 235 lunaciones y por lo tanto caen los mismos días del año en días sucesivos.

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